Dios da la Vida, el Hombre corre hacia la muerte
Una humanidad consumida por el espíritu del mundo, que no es capaz de reconocer el amor de Dios en su propia existencia
Desde el principio de los tiempos, Dios en su infinita sabiduría, siempre ha manifestado abiertamente su amor por la humanidad, pero ¿como entender que el hombre no sea capaz de reconocer esta manifestación de Dios?
La superficialidad del ser humano actualmente se presenta como un velo de tinieblas que no permite vivenciar las maravillas del amor de Dios, en la misma existencia, sino que por el contrario siempre queremos buscar más y justificar todo según las leyes naturales y humanas, sin entender que lo que prevalece son las leyes de Dios fundadas en su infinito amor.
Una humanidad consumida por el espíritu del mundo, que no es capaz de reconocer el amor de Dios en su propia existencia, esperando aún más, sin considerar el valor supremo de la vida que nos ha dado Dios. Es tanto el desprecio actualmente por el valor de la vida humana, que nos atrevemos a aceptar como algo correcto, y peor aún como un derecho, el quitar la vida a los más inocentes a través del aborto, dando paso así a la abominación más despreciable y a la misma degradación de la especie humana.
No reconocer el valor supremo de la vida, y el amor que este representa de parte de Dios, nos lleva inequívocamente a correr hacia la muerte. Pero claro, debería ser obvio que no estamos hablando de la muerte terrenal por la cual todos los seres pasaremos, sino que nos referimos a la muerte eterna.
Muerte eterna que fácilmente se hace presente en la vida de muchos, simplemente por ignorancia o por permitir que las nefastas ideologías que surcan nuestro mundo actualmente, nos impidan ver la vida y la luz en la persona Misma de Cristo, y más aún , a no reconocer su cuerpo místico que es la iglesia, dejándonos en la más profunda zona de tinieblas, y esa tiniebla es la que nos lleva al camino de la muerte, del cual seremos testigos solo en el momento de nuestro juicio particular ante Dios, tal cual como lo explica nuestro señor Jesucristo en las Escrituras.
16Sí, Dios amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en él no muera, sino que tenga Vida eterna. 17 Porque Dios no envió a su Hijo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. 18 El que cree en él, no es condenado; el que no cree, ya está condenado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios. 19 En esto consiste el juicio: la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron las tinieblas a la luz, porque sus obras eran malas.
Jn 3, 19
Y si, una vez más, se hace evidente que Dios siempre nos ha dado vida, nos dio vida desde los primeros seres humanos, haciéndonos a imagen y semejanza de El mismo, nos dio Vida en toda la creación que nos rodea, nos dio Vida en nuestra propia existencia, nos dio la Vida de su Único Hijo, y nosotros la acabamos y aun a pesar de eso, nos promete la vida eterna para quienes nos comportemos como verdaderos hijos. ¿No es válido acaso preguntarnos, como no puedo yo amar a un padre tan misericordioso?
Por tanto, evalúa si tu actualmente buscas la vida eterna, o corres hacia la muerte simplemente por querer ir hacia dónde va el mundo, con sus ideologías, doctrinas y falsos derechos. Recuerda que la mejor manera de mostrar amor a los padres es la obediencia, y de la misma manera aplica para con Dios, pues Él es padre de Toda la creación.