SER CATLIC

La historia de la salvación siempre ha estado estrechamente ligada a la libertad del ser humano, en especial porque Dios es quien más se ha preocupado por nuestra propia libertad, y lo ha hecho desde el principio de los tiempos, como muestra fundamental de amor hacia nosotros sus hijos, aunque hasta el día de hoy eso le cueste ser calificado por los idealistas progresistas, como opresor de la libertad humana.

El Padre Dios siempre ha buscado orientarnos por el camino de la libertad, y lo ha hecho a través de la enseñanza y la advertencia como lo haría cualquier padre, pero entonces aquí es donde muchos se preguntan ¿pero acaso que libertad me ofrece Dios, si me ha llenado de mandamientos con respecto a cómo debo llevar mi vida?

Pues bien, cuando nos damos a la tarea de ahondar en los misterios de Dios, encontramos que de lo primero que nos ha querido liberar Dios, ha sido del Yugo de la esclavitud al pecado. Lo hizo en un principio con nuestros primeros padres, indicándoles que sucedería si comían del árbol del conocimiento, lo ha hecho a través de esos mandamientos, que ayudan a resumir la forma en que debemos llevar nuestras acciones a fin de no caer como presas y esclavos del maligno, y lo ha hecho con la entrega de su único Hijo a fin de liberarnos de la condenación eterna. Pero en un mundo tan secularizado como el de hoy, todo lo referente a Dios, es asumido más con un cuento de hadas o como una fábula que como una verdad pura y plena.

Continuando por la línea de los mandamientos, debemos tener en cuenta que, a pesar de existir esos mandamientos, Dios siempre ha respetado profundamente nuestra libertad y nos ha dado la opción de escoger hacia donde queremos ir, eso sí, mostrándonos hacia donde conduce cada camino; lo cual es una insigne muestra de misericordia y de amor antes que, de represión, pues al igual que cualquier otro Padre siempre quiere lo mejor para sus hijos. Enseña y guía, pero da la libertad al hombre de elegir.

Ningún ser humano ha sido sometido por parte de Dios, a realizar algo fuera de su voluntad y su propia opción libre de elegir, ni siquiera la santísima Virgen Maria, pues El, antes de glorificarla como madre de Dios, le pidió su aceptación voluntaria, para hacerse parte del plan de salvación.

No podía ser de otra manera con respecto a la fe. La Fe, se cimenta correctamente, bajo una decisión libre y espontanea de querer buscar el propio encuentro con Dios, pues de otra manera sería un simple compromiso que se tendría que cumplir porque si, y le haría carente de todo sentido. Sobre esto nos habla muy claramente la Iglesia Católica, a través del catecismo:

¹⁶⁰«El hombre, al creer, debe responder voluntariamente a Dios; nadie debe ser obligado contra su voluntad a abrazar la fe. En efecto, el acto de fe es voluntario por su propia naturaleza»

Teniendo esto claro, también debemos entender que la fe tiene muy fuerte cimiento en la libertad, porque en lo que el hombre debe responder voluntariamente a Dios, es al infinito amor que El profesa por nosotros; ¿y como se responde al amor? pues con amor. Pero, el amor solo nace de mi deseo Libre y espontaneo de Amar. Solo se ama plenamente cuando lo decido y practico en total y plena libertad, porque solo así se podrá entender que el amor representa entrega total a Dios y al Prójimo:

¹³Ustedes, hermanos, han sido llamados para vivir en libertad, pero procuren que esta libertad no sea un pretexto para satisfacer los deseos carnales. háganse más bien servidores los unos de los otros, por medio del amor.

Galatas 5 : 13

Solo en uso de mi plena libertad, puedo decir que Amo a Dios.